Los niños se adaptan a todo menos a la falta de amor

La vida implica cambios, a veces drásticos, por ejemplo los niños que cambian de residencia seguido, niños que tienen que ir a casas hogares, también los que pierden a sus padres, todos ellos tienen algo en común: una profunda necesidad de adaptarse a una terrible y dolorosa situación, tienen el tiempo y todo en su contra.

Los que sí se adaptan a estas situaciones complicadas también tienen algo en común, en ese entorno aún a pesar de ser desalentador y triste se encontraron con alguien que los amaba: ese es el secreto para adaptarse a cualquier reto, ser amado. Los niños son increíbles por su flexibilidad, cerebral y emocional, lo único que necesitan para seguir firmes es una base constante que provea amor.

En otras palabras: si los niños fueran plantas, serían capaces de crecer en todos los ambientes: desiertos, mares, montañas, hasta en la incertidumbre del aire, aún entre piedras, contra viento y marea siempre y cuando se sientan amados se adaptarán a todo, crecerán y darán frutos.

Todos los adultos vivimos gracias al fruto de un niño; su sonrisa desenfrenada, de eso vivimos.

Una persona con falta de amor es igual a un pueblo fantasma, sólo quedan restos de la vida, las últimas huellas de los otros. Es simple, siempre ha sido el secreto para adaptarse y crecer a pesar de las condiciones desfavorables: amar a los niños... Seas padre, madre, maestro, tutor, tienes algo que dar y vale mil veces más que conocimiento, hacerlos sentir amados.