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DESPACIO QUE VOY DE PRISA A MI PRIMERA SEMANA EN EL PREESCOLAR

  • Uziel Morales Amaya
  • 27 ago 2019
  • 2 Min. de lectura


El regreso a la escuela parece que llega de golpe a irrumpir nuestros planes, a pesar de que sabíamos desde hace mucho la fecha de ingreso, a pesar de ello las personas solemos dejar las cosas para el último, esto nos mete en un ritmo frenético en el que se nos escapan las situaciones importantes.


“El primer punto a meditar como padres de un hijo en edad preescolar es el ritmo, así es, una cosa tan sencilla, pero representa el eslabón principal en la nueva etapa del hijo”.


El niño se encuentra en medio de emociones que le cuesta trabajo digerir, antes en su infancia ha experimentado tristeza y soledad, pero siempre aparecía la madre salvadora para curarle el alma. Se nos olvida que sentir tristeza y sentirse solos a la edad de tres años equivale a un miedo profundo en cualquier otra edad.



“Cuando vamos con prisa al colegio, porque hay que ir a trabajar, llevar al otro niño, hacer el mercado, el gimnasio, etc., aceleramos el ritmo del niño en todos sentidos”.


Incluso su ritmo cardiaco, se humedecen sus ojos y puede llorar. Necesitas hacerte responsable de esta vivencia de tristeza y soledad, no la quieras evitar, pero es necesario darle su tiempo, es tarea del adulto acompañar con tiempo y ritmo adecuado las vivencias afectivas de los hijos.


Si llevas prisa retrasarás la adaptación de tu hijo al preescolar, el costo de la poca planeación y serenidad de tu día, será el entorpecimiento de la capacidad de adaptarse del niño a su nuevo entorno, y con el tiempo desarrollará alguno de estos dos aspectos; seguridad o angustia.


La angustia de un niño de preescolar tiene muchas causas, pero sin duda una de ellas es que el adulto a cargo no se comporte responsablemente en un proceso tan importante, darle su tiempo y ritmo a este nuevo ingreso ¿Cómo hacerlo?, si tienes que ir al trabajo después de dejar al niño, llega antes al preescolar, media hora antes, al ser de los primeros en llegar todo el personal del colegio está más disponible, más fresco para apoyarte, tienes espacio para acompañar a tu hijo hasta su lugar en el salón y si notas que se pone triste, ojitos húmedos o incluso está llorando puedes acompañarlo ese tiempo que ganaste al llegar antes, juegas un poco y le anticipas su día, ayudándolo a familiarizarse al salón, ayudándole a ver lo que el por ahora no está viendo, los dibujos de la pared, la pintura, los juguetes y así se queda con objetos que sustituyen tu ausencia. Si después de ese tiempo sigue llorando no caigas en pánico, el tiempo que les dado hará la diferencia, repite la dosis una semana y verás los resultados.


En cambio, si se te olvida ser adulto y entregas al niño al colegio con prisa, el niño puede experimentar tristeza, soledad y algo de abandono, por lo que se aferrará con más fuerza a ti cada vez que lo dejes en el preescolar, desarrollará una angustia más fuerte y con seguridad te afirmo que su adaptación al primer año se verá retardada.


¡Así que por favor despacio que voy de prisa en la adaptación de mi primera vez en el colegio, hazlo por tu hijo!



Tienes dudas o comentarios, me puedes escribir a uziel_moam@hotmail.com





 
 
 

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