JÓVENES BURBUJA
- Uziel Morales Amaya
- 10 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Alguna vez te has preguntado de qué tamaño es la consciencia de los jóvenes, ¿cuánto mide y de que está hecha? Últimamente he pensado que la consciencia de un joven es igual a una burbuja.
Frágil: se rompe fácil
Breve: dura poco
Fugaz: deja la sensación de desvanecerse
Hermosa: una ilusión estética
Juntas son más fuertes
Absorben la personalidad de las otras burbujas
El joven es una persona no acabada que se enfrenta a retos complejos. Ese es el reto de la juventud salir adelante en la búsqueda de construirse sin herramientas, por eso tienen que buscarlas y las encuentran en el otros como ellos y especialmente en un mentor. Han sido educados por adultos que a su vez crecieron dentro del modelo donde muchos de sus padres siguieron moldes previamente hechos, tomaron decisiones por deber y no por deseo. Se quedaron con la pareja que no querían, en un mismo trabajo durante 30 años: obreros excelentes pero poco aventureros.
Le transmitieron esos deseos a sus hijos “el deseo de ser libres ante todo”, y como adultos no se dan cuenta, que en esta generación lo que más importa es la libertad, más que la estabilidad, los sueños más que la realidad. Este choque de realidades entre adultos y jóvenes ha provocado que estos, se relacionen en burbujas, donde caben solo unos pocos, y si alguien los presiona, se pueden romper, por ello, es vital reconocer que esas burbujas en las que viven son necesarias como una herramienta que existe solo cuando están juntos.
Jóvenes burbuja, porque confían, aman, pero solo a los que están dentro de su bolita, y para poder acompañarlos hay que ser ligero para entrar a la burbuja sin romperla. Para los jóvenes se recomienda que permitan el acceso a sus bolitas a personas que buscan lo mejor para ellos, no siempre tendrán alguien que ponga toda su energía en que estén bien.
Eso sí a medida que van confiando y escuchando van ampliando su burbuja de relaciones y permanecen más en la conciencia, aprehenden y crecen. No juzguemos cuando el joven es indiferente pues a veces eso es necesario ante la cruda realidad.
Entras a la burbuja dejas lo necesario para volverla más duradera más consistente más fuerte y menos volátil luego te sales y agradeces.
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