Pequeñas dosis de desamor; el otro 50% de la crianza.
- Uziel Morales Amaya
- 20 nov 2017
- 2 Min. de lectura

Mamá me das agüita… si mi amor.
Mamá me abrochas los zapatos… claro mi cielo.
Mamá me das de comer en la boquita… si chiquito.
De forma natural comprendimos que a los hijos hay que amarlos, que los tenemos que cuidar, proteger y eso implica ser muy atentos y cariñosos con ellos. En las frases del principio vemos una petición del niño y una respuesta automática de la madre, ¿quien le negaría el amor a su hijo?, incluso las mismas escrituras dicen; quien le da a su hijo una piedra cuando pide pan.
Efectivamente, el cuidado, la protección y el amor representan el 50% de la crianza. Entonces, cual es el otro 50%, bueno ya lo decía Winnicott, cuando el padre falla el hijo crece, y se refiere a que en la crianza hay que dar pequeñas dosis de desamor: si la mamá le sirve agüita siempre, le abrocha los zapatos y le da de comer en la boquita, el niño permanecerá estático, estará detenido en el tiempo. Pero la vida nos ha enseñado que siempre sigue avanzando, y los niños de estos tiempos aún más ¡van con más prisa que todos!
Una pequeña dosis, controlada y medida de un virus se convierte en medicinas que curan grandes enfermedades, así funcionan muchos medicamentos hoy en día, esa fórmula ayuda mucho en la crianza, la madre siente cuando ya no es tiempo de abrochar las agujetas o dar en la boquita de comer, en ese momento, puede dar algo de desamor; tardarse más de lo normal, pedirle que lo haga el, provocarle angustia ante su retardo. Cuando la madre se tarda, el hijo piensa como resolverlo, atender todo de inmediato provoca hijos que no piensan, y se quedan esperando que alguien resuelva todo.
Mamá me das agüita… sírvete tu hijo, ahorita no puedo.
Mamá me abrochas los zapatos… inténtalo hijo, más tarde te ayudo yo.
Mamá me vistes… póntelo hijo, ya puedes hacerlo tú.
Mamá me das de comer en la boquita… primero termínate todo.
El amor solo es la primera parte, en la crianza pequeñas dosis de desamor son más que necesarias para que el hijo piense por sí mismo, se vuelva autónomo y pueda enfrentarse con astucia a una vida compleja, si lo piensas de esta manera, tardarse, provocar angustia y pedirle que lo haga por sí mismo; es otra manera de amar.
Mtro. Uziel Morales Amaya
uziel_moam@hotmail.com
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